Los misteriosos votos del Senado

¿Cuál es el deber de un Senador?

¿Por qué es tan importante esa figura?, ¿Qué tipo de personas debería de estar ahí?, ¿Por qué dependemos tanto de las malas decisiones? ¿Los complots existen o fue simplemente un acto de pura estupidez?

Todas estas preguntas cruzaron por mi mente después de escuchar que se designó a Rosario Piedra como nueva Presidenta de la Comisión Nacional de Derechos Humanos.

Lo destacado fue una votación dudosa, al presentarse 116 senadores con derecho al voto y con el ejercicio del mismo, sin embargo solo se contabilizaron 114 votos, quedando 2 votos sin usar o sin encontrar.

Al tratar de darle sentido, quise entender ¿Cuál es la esencia de un senador? La diferencia entre un diputado y un senador radica en qué, el primero puede tomar decisiones que afecten a sus representados (minoría); los senadores evitan que esas decisiones afecten a un estado (mayoría).

El senador debe de preocuparse por toda una mayoría, para evitar desequilibrios financieros, económicos o sociales; de ahí su deber y su importancia. Por lo que las personas que ocupen esos cargos, necesariamente tienen que ser congruentes.

Los senadores deben buscar el equilibrio entre los intereses de todos, sin perjudicar a las minorías; deben ser grandes negociadores, que siempre busque acuerdos qué, no necesariamente sean de ganar – ganar.

Bueno esa es la idea romántica del puesto, sin embargo en la realidad vemos actos de magia.

El Senado de la República está lleno de malas decisiones qué, hace mucho tiempo colmaron el vaso de agua; nos encontramos enlodados, tanto que estamos acostumbrados a tener lodo a nuestro alrededor.

Y seguiremos así, porque no hay un alto a esas malas decisiones, a esa falta de equilibrio. ¡Tenemos un Senado que ha creado una bola de nieve!

Esa bola de nieve, nos han estrellado en la cara una y otra vez durante este sexenio y no terminamos de alimentarla. ¡Va creciendo día con día!

Una bola de nieve, que tiene como característica principal, paranoias que siempre terminan señalando al complot como el artífice de todas esas malas decisiones.

Sin embargo, hay que tener en cuenta que un complot requiere precisión qué, todos estén de acuerdo. Cada uno debe ejecutar su parte del plan; tiene varios procesos, para que en su conjunto logren un objetivo.

Muchas veces necesita luz verde del jefe. No significa que la indicación sea: “hagan lo que tengan que hacer para que se gane la votación”. Tiene un plan “B” en caso de contingencia, casi nunca es identificado y mucho menos probado.

Lo cierto es qué, la pérdida de 2 votos en el Senado se califica de un complot. Uno que busca otorgar el puesto a una persona seleccionada para que diga si a todo lo que el Presidente de la República le indique.

Sin embargo al ver la actitud de los senadores concluimos que ese complot no existe.

Lo que vimos fue desidia; fue ser pro activo para quedar bien con el jefe (aunque las consecuencias lo perjudiquen más). Fue pereza para no negociar, fue no ceder cotos de poder (aunque no se tengan); fue omisión, fue una estupidez.

Una estupidez suele referirse a la torpeza para comprender las cosas, la falta de atención, entendimiento, inteligencia. Es una falta de atención a las acciones con consecuencias.

Consecuencias que nadie está dispuesto a enfrentar, sin embargo, están dispuestos a defender una decisión que será una verdad histórica y defendida hasta que llegue una oposición más responsable.

Un complot, una mala decisión, No, sólo una simple estupidez.

Nérida Rodríguez

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Autor

romn772k@hotmail.com

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